Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con deslumbrante maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas https://iwanxzfv182554.blogrenanda.com/45221496/cómo-el-cabezazo-de-zidane-cambió-la-final-del-mundial-2006